
Allá abajo, en un rincón oculto donde el sol se filtra a través de las hojas de los árboles y el tiempo parece detenerse, yace un lugar único, esculpido por la sinuosa y caprichosa corriente de agua ferrosa y amarga que mana del corazón de la montaña como un río de sangre tiñendo el ambiente con un aura rojiza. Es la Fuente Agria, en la Alpujarra granadina.






































Como, si de un cuento de hadas se tratará.
me encanta !!
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Sin duda un lugar único que te transporta a las entrañas de Marte acompañado del acuoso murmullo color ocre.
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Me ha transportado a aquellos días de mi adolescencia en la que mis padres, atraídos por la quietud, belleza y propiedades curativas de las aguas de Fuente Agria, nos llevaban a Pórtugos por verano. Preciosa tu descripción de lo que evoca.
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Me ha transportado a aquellos días de mi adolescencia en los que, atraídos por su quietud, belleza y propiedades curativas de sus aguas, mis padres nos llevaban a pasar unos días a Pórtugos
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Y si al paseo y al agua agria los acompañamos con un plato alpujarreño, queda el día sublime.
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