
Una leyenda sostiene que un grupo de guerreros escoceses que se encontraba durmiendo se salvó de ser atacado por un ejército de invasores nórdicos cuando uno de estos pisó la espinosa planta. Su grito de dolor despertó a los adormilados guerreros que derrotaron a los invasores y adoptaron el cardo como símbolo nacional.
Por supuesto, no hay ni un solo dato histórico que respalde esta versión, pero no deja de ser una historia curiosa.
Lo que si es verdad es que el cardo constituye un importante símbolo de la heráldica escocesa desde hace más de 500 años. También representa uno de los honores más grandes que este país puede otorgarle a una persona. Fundada por Jaime III en 1687, la Antiquísima y Muy Nobilísima Orden del Cardo en una orden de caballería que se concede a aquellos individuos que han realizado una contribución significativa a la vida de la nación escocesa y a la del Reino Unido en general. Su Majestad el Rey es el único que puede investir a los miembros de la Orden del Cardo.





































