LOS RUGIDOS DE LA NATURALEZA

Cuando el viento aúlla y las nubes grises cubren el cielo, el mar, en respuesta, experimenta una transformación dramática convirtiendo el azul sereno en un tono plomizo, turbulento, y si cabe, tenebroso; como escapado de un cuadro de El Greco.

Es entonces cuando el aroma del mar se mezcla con el de la tormenta y un silencio se apodera de la escena que sólo es interrumpido por el rugido del viento, el rugido del mar y el rugido del cielo, como si la naturaleza misma se rebelara en un acto apocalíptico.

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