ASÍ QUE PASEN 35 AÑOS. Reminiscencia juvenil

pilar de prado negro

     Ha cambiado tanto todo que apenas puedo sentir una nostalgia pasajera. Y tu sigues ahí, impertérrito, ausente, indemne, con tu sauce llorón, tus caños, que son dos, de agua, que según reza en cartel, no es potable, aunque a buen seguro, hayas saciado la sed a más de un visitante.

     Y tu pilastra, a modo de banco, cobijada bajo la pertinaz sombra de la mimbre.  Todo permanece igual desde aquellos maravillosos años, en aquella temprana edad en los que jugábamos a ser independientes. Cuantos recuerdos, cuantos momentos vividos de manera intensa con tanta y tanta gente.

   Me recibes con una pista forestal asfaltada a lo largo de aquellos casi 6 km que recorríamos con una inmensa polvareda cargados con todos los arreos excursionistas habidos y por haber a la par que de ilusiones después de un ajetreado viaje desde Granada en la legendaria «Autedia» que iba hacia Guadix y que paraba ocasionalmente en el cruce de la Mimbre para dejar algún que otro viajero.

     Recuerdo que largo se nos hacia el camino, la de veces que parábamos en esos interminables kilómetros hasta llegar a ti. Normal que al llegar, y refrescarnos con tus aguas, nos sintiésemos como en el paraíso.

     Hoy, 35 años después, he vuelto a recorrer el trayecto de los 6 km a pie, tanto a la ida como a la vuelta por una pista forestal perfectamente pavimentada y recordando cada historia vivida, cada risa, cada chiste…. Eso sí, de lo que me he librado ha sido de los asientos de «escai» de aquella lenta pero constante Autedia, aunque a decir verdad, no me hubiese importado en absoluto haberlo incluido también en la experiencia.

     En mi mente, todos esos amigos (que habrá sido de algunos de ellos) que en su día vivieron aquellos maravillosos momentos en el Pilarillo de Prado Negro.

En homenaje a Faustino, Conrando (con su florido bañador que aún conserva), Moisés, Alen, Begoña, «Las Elenas» (la española y la francesa), Jose «el Belga», Ismael, Carmen «la Belga», Rojas, Carmen (coanfitriona), Pepe (donde andará el tio), Jorge Emilio, Maria José, Poveda (con su machete y sus artes guerreras), Francis, Marta, Olga, Eva «la Tata», Alonso (con su «seillas» de la baca voladora), René (con el tambor), Charli, Mari Tere e «Isabete» (las francesas), Silvia, Pepe Arcos, Jose «el Primo» (evidentemente como dijo Napoleón), Gustavo, Leo, éste que os cuenta (léase aquí Enrique) y como no, la anfitriona de todo, Eva (la Ramal) con toda su familia que nos aguantaban hasta la saciedad.

en el pilarillo
En el Pilarillo de Prado Negro
preparando la comida
Preparando la comida

nota: Es posible y más que probable, que falte alguno por nombrar. Si es así, ruego encarecidas disculpas.

 

 

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